miércoles, 13 de abril de 2016

ALGO ESTÁ PASANDO

Por: Édver Delgado.

“El hombre moderno es igualmente la presa y el resultado de impresiones salvajes, perturbadoras y enervadoras. El desarrollo prodigioso de la técnica, sus triunfos y sus fracasos: el record deportivo con sus algazaras y sus sensaciones: la sobreestimación tontamente exagerada de la artista que es una atracción para las masas: el cinematógrafo, las grandes reuniones de boxeo realizadas ante multitudes gigantescas: he aquí lo que con otras manifestaciones análogas dibujan la imagen de la época en que vivimos al mismo tiempo que su decadencia. Han desaparecido las teorías morales que tenían una dulce serenidad tales como la cultura del espíritu, el arte, el pensamiento”

— Thomas Mann

“El problema del hombre de hoy, es como el de los bonsái. Cuando se siembra la semilla del más alto de los árboles en una pequeña maseta, obtenemos una réplica del árbol más alto pero apenas unos pocos centímetros de altura. La semilla en sí no tenía ningún problema, es el tiesto o matera la que resulto inadecuada”

— Muhammad, Yumus

Constantemente reflexiono sobre la realidad actual y hoy —con preocupación— veo que algo, no sé qué, está pasando. Si quieres tener la misma percepción mía, te invito a leer los diarios, ver las últimas noticias y para no ir más lejos, leer en profundidad los análisis históricos de la actualidad que pasan desapercibidos, pero son publicados en la web, en los periódicos y las revistas, aún en esas, que a simple vista nos parecen superficiales, porque escandalizan con tanta pierna, vicio, infidelidad, extravagancia, morbo, grosería, consumo, escote, tabú y más. 


Pues bien, les decía que algo está pasando y nos debe interesar, porque hace pocos años, a pesar de la rebeldía juvenil que siempre ha existido, era muy fácil hallar variadas formas de encontrarse en el mundo y buscar desde ellas un lugar protagónico. Hoy en cambio, mis sencillas reflexiones dicen que, parece que sólo existen dos caminos: el que conduce al acabose y al sin sentido, y el que nos acompaña hacia la búsqueda y realización de sueños, metas y esperanzas.

¡No me crea!... porque puedo estar equivocado, pero… analice usted el mundo y verá con tristeza que un número bastante grande de habitantes de este, nuestro amado planeta, anda en cosas que atentan contra la dignidad humana, atacan su cuerpo y procuran siempre la satisfacción de sus múltiples impulsos momentáneos, sin tener presente que nuestro ser —en relación con el tiempo y el espacio— vive dejando un pasado y un presente instantáneamente y por lo tanto, debemos jugar en torno al futuro que segundo a segundo se construye. 

Esta realidad es aún más preocupante cuando vemos que por la falta de sentido y de respeto a la vida, se inserta el amor sin freno hacia la muerte y con bastante locura, el fundamentalismo religioso, económico, político y social que se instala y trae consigo la segregación, la división, el odio y estúpidamente, la inmolación, el suicidio y genocidio. 

Mientras que muchos se consumen en la abundancia de cosas que les dice que la razón de la vida está en tener y se quedan en la banalidad de una realidad vacía y finita; un número grande afortunadamente, está aprovechando la conspiración constante del universo para participar activamente en la revaloración de lo que es fundamental y tiene valía, es decir, la vida en todas sus manifestaciones.

El primer camino de los dos que veo, es bastante oscuro, confuso y lo peor, atenta contra la continuidad de la existencia —no sólo de los que lo toman— sino de todas, todos y todo. O acaso, ¿no es un atentado contra la vida el número creciente de homicidios y suicidios que se están presentando?, ¿no es un atropello a la existencia la contaminación del universo por la proliferación de basuras y sustancias químicas?, ¿no es asesina la ruptura constante de los valores fundamentales cuando se apoya el aborto sin razón médica y se justifica la transformación y el deterioro del cuerpo por el afán narciso de tenerlo diferente o cargado de artefactos?

El segundo camino, que afortunadamente miles de personas lo toman, no es nuevo, él ha acompañado la historia de la humanidad y gracias a eso contamos con modelos de vida, disfrutamos de referentes éticos, políticos, económicos y sociales. O acaso, ¿no se percibe fácilmente en el movimiento sincero de la persona que acoge en sus brazos al que está moribundo por la injusticia del mundo?, ¿no se ve cuando el llanto de un huérfano es cambiado por la dicha gracias a la pronta acogida de un alma superior que es capaz de hacerlo sonreír?, ¿y no se siente cuando miles y miles de personas siguen ideales que procuran mantener vivo el amor que defendió el que murió en la cruz y otros tantos como aquél, que consiguió sin armas la libertad de la India?

Gracias a este camino que construye, despierta el deseo de mejorar las condiciones de vida y el ingenio de las personas, es que día a día se nos facilita la existencia con la ingeniosa creación de tantos y buenos adelantos tecnológicos.

Este camino que le apuesta a la significatividad por las acciones que construyen, sigue y seguirá presente gracias a que opta por lo que es —o al menos parece— bueno, justo, bonito, noble y necesario.


Para terminar, invito a que vean con los ojos del corazón la realidad y busquen siempre el camino que construye, y sin rechazo le apuesten a la orientación de las personas que están optando por el primer camino, porque la vida es un don preciado y por ella es bueno que cada mañana nos levantemos tomemos con gallardía nuestros sueños, nuestras metas e ideales y nos lancemos a la construcción de un mundo que sea cada vez más posible para todos. Mundo en el que la sonrisa sea el arma que desarma el odio presente entre nosotros.

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